Los productos HELIOS destruyen inespecíficamente la materia orgánica con la que entran en contacto, es decir, los compuestos volátiles responsables de los olores, los inquemados a los que se adhiere la suciedad, los alérgenos (polen, ácaros, mohos) y los microorganismos (hongos, bacterias y virus).
Las pinturas y los recubrimientos fotocatalíticos HELIOS constituyen un sistema seguro, duradero, económico y medioambientalmente amigable para eliminar compuestos orgánicos molestos o nocivos (malos olores, patógenos, alérgenos) presentes en nuestro entorno. Las superficies tratadas con HELIOS son menos susceptibles a ensuciarse y, por ello, requieren menos intervenciones de limpieza y mantenimiento. En espacios interiores contribuyen significativamente a mejorar la calidad del aire que respiramos.
Los productos HELIOS se formulan al agua y no contienen ingredientes tóxicos. Se aplican como una pintura o barniz corriente, de manera que no se requieren conocimientos o herramientas específicos, es decir, cualquier persona puede utilizarlos. Su aspecto, una vez se han secado, es comparable al de los productos convencionales. Sin embargo, en presencia de luz natural o artificial, se activa el TiO2 (dióxido de titanio) fotocatalítico que contienen, el cual genera especies que destruyen inespecíficamente la materia orgánica con la que entran en contacto, es decir, los compuestos volátiles responsables de los olores, los inquemados a los que se adhiere la suciedad, los alérgenos (polen, ácaros, mohos) y los microorganismos (hongos, bacterias y virus).
Los productos HELIOS son idóneos para proteger nuestra salud en espacios reducidos y/o con gran afluencia de público tales como gimnasios, oficinas, restaurantes, transportes colectivos y especialmente donde se dan condiciones de mayor vulnerabilidad como ocurre en hospitales, centros geriátricos y sociosanitarios y escuelas y, como no, allí donde deseamos sentirnos más seguros, en nuestro propio hogar. Pueden adherirse a vidrio, metales, yeso, mármol, granito, piedra, cerámica, azulejos, plásticos y textiles. Su presencia garantiza un entorno más saludable, con menor riesgo de propagación de infecciones.
La emergencia mundial ocasionada por el coronavirus COVID-19, más allá de las prácticas personales y colectivas de higiene y de distancia física recomendadas y que deberían ser asimiladas como habituales en un futuro, pone en evidencia la importancia de la limpieza y desinfección de superficies. Algunas por ser de frecuente contacto (mesas, sillas, ordenadores, etc.) requieren una limpieza continuada. Sin embargo, otras como paredes, techos, ventanas, etc. pueden ser tratadas una vez y convertirse en una importante ayuda en la contención del contagio de este virus y de otros agentes microbiológicos nocivos que estacional o continuamente pululan en nuestro entorno.
Más allá de las aplicaciones más obvias, los recubrimientos fotocatalíticos, transparentes, inocuos y de fácil aplicación, pueden contribuir a reforzar, por impregnación, la seguridad de máscaras faciales y de prendas protectoras, especialmente las de un solo uso, de personal sanitario y de colectivos expuestos a infecciones.